A tus repentinos y constantes cambios de humor intento acostumbrarme. No veo por qué vos no podés hacer el intento para bancar un mal día mío ¿no? Si sumamos mi mal día a cuánto te celo, resultan algunas de las contestaciones de ayer. Entre nosotros no pasa “mierda”, todo lo contrario. Creo que si aguantamos juntos seis meses es porque pasa algo más que mierda. Y otra cosa, ¡pendejo egocéntrico! Cuando tenes que serlo no lo sos! ¿Sabes qué es lo más importante que tenés? ¡Sos vos! Yo soy un condimento, a lo sumo un motivador; nada más. Te habrás dado cuenta de que no pienso ser todo lo que tenés, pero sí estoy contento porque me contás tus cosas, porque te expreses, porque cambies, porque pienses (y quizás algo de culpa tenga en eso). Además, si yo me muero mañana ¿qué vas a hacer? O sin ser tan trágicos, si me voy dos meses de viaje? Entendés? No soy todo lo que tenés, solo una parte quizás importante, pero reemplazable. No soy único ni irrepetible. No me gusta que tus amigas me desplacen, es más: me pone histérica. Los sábados para salir conmigo estás cansado y además tenés que jugar partido de fútbol el domingo a la mañana. Pero para tu amiga es distinto. Para ella el sábado sí estás. Y por ella no te interesa tu partido del domingo.
No me gusta nada, nada, NADA.
